Completamente y Particularmente Única

Completamente y Particularmente Única

Cuando tenía veinte años, conocí y me hice amigo de una mujer llamada Kate. Era divertida y graciosa. Era una gran lectora y siempre tenía algo nuevo e interesante de que hablar. A veces, cuando ella había estado bebiendo, hablaba demasiado y en voz muy alta, y se metía en problemas, pero ella me gustaba y la aceptaba igual que ella me aceptaba a mí y a mis rarezas.

Un día me dijo que había decidido dejar de beber. «Si sigo bebiendo, nunca seré la persona que creo que debo ser», ella decía; «nunca seré realmente yo misma». No le pedí que me lo explicara. Sabía lo que quería decir. ¿Acaso no tenemos todos un indicio interno de nuestro verdadero ser? ¿Tal vez sea algo que no podemos articular del todo, o incluso entender totalmente, pero algo de lo que tenemos un sentido, y sabemos cuando nos estamos desviando de él?

Duns Escoto, un filósofo inspirado por San Francisco, llamó a esa cosa inefable y única de nosotros, nuestra «esencia» (haecceitas, en latín). Es lo que hace que cada individuo sea total y particularmente diferente de todos los demás. Es un regalo de Dios, pero no es un regalo para nosotros solos. Nuestra «esencia» es como una pieza de rompecabezas irremplazable. Sin ella, el mundo, como el rompecabezas, estaría incompleto.

Mary Beth Ingham CSJ, profesora de la Escuela Franciscana de Teología, nuestra escuela de teología, y experta en Scoto, lo expresa de esta manera.

«Sólo soy yo y todo lo que puedo hacer es ser yo. Es lo único que puedo hacer, y puedo hacerlo mejor que nadie. Si no lo hago, nadie lo hará. A menudo pasamos nuestras vidas tratando de ser otras personas. Sin embargo, Dios dice: “Yo te hice, y me gusta el tú que yo he hecho, así que haz lo mejor que puedas y sé tú mismo, y yo estaré presente para ayudarte”. No es algo que tengamos que hacer solos, sino algo en lo que nos convertimos».

Creo que esto es de lo que Kate estaba hablando. Ella estaba lista para crecer en su «esencia».

Reflection Questions:

  1. Cuáles son las implicaciones para la forma en que tratamos a las personas, o desarrollamos programas, cuando consideramos a las personas por sus características compartidas (sin techo, demócratas, personas con altos ingresos, católicos, temerosos) en vez de considerarlos como individuos con una «esencia» particular y única.
  2. ¿Qué acciones concretas tomamos en nuestro ministerio para animar y celebrar los dones únicos y particulares de nuestro personal?